En el mes de diciembre tuvimos la ocasión de trabajar en el Plan de Desarrollo e Innovación en Turismo Sostenible para la Reconstrucción del Archipiélago Juan Fernandez en Chile, que está desarrollando con el máximo rigor la Universidad de Valparaiso. Viaje en calidad de equipo del Instituto de Turismo Responsable, desarrollando unos talleres de innovación turística destinados a empresarios y gestores locales.

En todos nuestros trabajos de planificación y marketing siempre hemos agradecido la existencia de valores únicos y diferenciales en los destinos, ya que, a priori, le otorgan capacidad competitiva, en la medida que se fomenten las capacidades para venderlos como valor añadido al mercado, conformando de experiencias turísticas únicas con los prestadores de servicios turísticos que existen en el destino.
La isla está en un estadio incipiente como destino turístico, recibe al año unos 1.500 turistas, y tiene una capacidad de carga limitada por las infraestructuras básicas a unos 4.000 turistas al año. Además, el transporte hasta la isla, es otro factor limitante para optar por un modelo de crecimiento basado en número de turistas.

La Isla de Robinson en la isla de la aventura por excelencia, descubrir los recursos por lo que se declara Reserva de la Biosfera; bucear en un fondo con gran diversidad biológica; conocer el principal motor económico de la isla, la pesca de langosta de Juan Fernandez, y disfrutarla gastronómicamente; perderse por los senderos y miradores que utilizo el náufrago inglés Alexander Selkirk , en el que Daniel Defoe se inspira para publicar en año 1.719 Robinson Crusoe (ejemplo de que la inteligencia es la capacidad de adaptarse a situaciones nuevas); conocer la historia a través del recuerdo del auto-hundimiento del crucero alemán SMS Dresden ; conocer la fauna de la isla llena de endemismos (Picaflor rojo, neque, cernícalo, cabra, lobo fino,…, todos de Juan Fernández ); y disfrutar de la recepción y acogida de las personas que viven en el archipiélago, como siempre un factor fundamental para que la experiencia turística sea única, diferente e inolvidable.

El archipiélago no puede optar por un modelo de desarrollo del turismo basado en costes bajos, y por lo tanto su modelo se está forjando sobre la base de la innovación, conformando experiencias únicas, una buena cartera de productos y servicios exclusivos, y una estructura de marketing profesional y especializada en captar segmentos de demanda con alto poder adquisitivo. Producto, procesos, nuevos mercados, incorporación de la tecnología, buena estructura de gestión y promoción,…y personas, el posicionamiento de la isla como “lugar de experiencias únicas” hace que las relaciones de interacción entre empresa y cliente pasen a ser la clave de competitividad a futuro, el trabajo de los isleños hará del archipiélago un destino singular de excelencia basado en la innovación.

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